A partir de las crisis económicas e institucionales de la primera década del siglo XXI, las certidumbres del pasado se poblaron de preguntas acerca de cuál es el equilibrio apropiado entre regulación y libertad para lograr el mayor progreso social y qué rol tiene el Estado para garantizarlo.
La relación entre democracia occidental y economía de mercado perdió su valor paradigmático y las dudas acerca de cómo organizar mejor una sociedad regresaron a los primeros planos de los debates.
La gente volvió a las calles de manera novedosa, organizándose a través de la innovación estrella de la internet de comienzos del siglo XXI: las “redes sociales” (Twitter, Facebook, etc.) nuevas protagonistas de la web 2.0.
Ciudadanos de distintos rincones del planeta, viviendo bajo diversos regímenes políticos y con diferentes niveles de prosperidad económica desataron una serie de protestas y reclamos que provocaron efectos significativos.
La llamada “primavera árabe” significó –a comienzos de 2011– el fin de regímenes de tipo totalitario que rigieron la zona por décadas. En Europa, el malestar y los reclamos provocaron que casi una decena de gobiernos de la región cambiaran de manos. Y en los Estados Unidos los manifestantes salieron a las calles con sus reclamos a “Ocupar Wall Street”.
En efecto, las protestas que tuvieron lugar en el norte de África, extendiéndose casi de inmediato por Medio Oriente, se originaron en las frustraciones de una población indignada por las muchas postergaciones económicas a las que se veía sometida –exhacerbadas en un contexto de aumento del precio de los alimentos– y que vivía subyugada por regímenes políticos que, en su gran mayoría, carecían de credenciales democráticas.
Su reclamo combinaba la necesidad de mejoras económicas con la búsqueda de un mayor ejercicio de sus derechos políticos. Aun partiendo de una situación económica y política relativa completamente distinta, los manifestantes europeos y norteamericanos (área frecuente de destino para los indignados árabes) también salieron a reclamar contra situaciones que afectaban su estilo de vida y sus oportunidades de progreso.