Opinión

NEWCONOMICS

Newconomics: una década en desarrollo

Hace poco más de una década, en mi libro Argentina 4.0: La Revolución Ciudadana (2013), introduje el término Newconomics para presentar la idea, basada en mis lecturas y estudios, de que posiblemente estaba emergiendo una Nueva Economía en el horizonte.

Lo hice mientras analizaba los cambios tecnológicos que influían en las políticas de mi país y en las decisiones políticas que cualquier nación enfrentaría en el futuro, argumentando que estos cambios no ocurren de la noche a la mañana. Al igual que al observar cómo el horizonte de una ciudad evoluciona con el tiempo, la transición de la economía tradicional a la nueva economía se desarrolla de manera gradual.

Doce años después, me pregunto: ¿Ya estamos viviendo en una Nueva Economía? ¿Ha llegado Newconomics?

A lo largo de la historia, los expertos han propuesto en diferentes momentos que una nueva economía podría estar surgiendo.

A principios del siglo XX, el auge de las teorías keynesianas transformó el pensamiento económico y la formulación de políticas, argumentando que los efectos de las recesiones económicas podían mitigarse mediante la intervención gubernamental con el uso adecuado de políticas fiscales y monetarias. Aunque no se etiquetó explícitamente como una nueva economía, el keynesianismo modernizó la disciplina.

Más adelante en el siglo, otra corriente desafió la economía tradicional: la economía verde. Basada en la idea de que el capital natural—los recursos finitos que tomamos del planeta para producir bienes y servicios—debía integrarse en los modelos económicos, esta perspectiva influyó y cuestionó la teoría económica estándar.

A partir de finales de la década de 1990 y durante los primeros años del siglo XXI, los efectos generalizados de las tecnologías de la información y la comunicación, el internet y el comercio electrónico en los procesos productivos y en los patrones de consumo generaron la creencia de que estaba surgiendo una Nueva Economía. Sus principales impulsores fueron el conocimiento, las redes y los negocios digitales.

Entre los muchos analistas que exploraban este cambio, mi libro destacó al proporcionar un ejemplo práctico de cómo las nuevas tecnologías estaban afectando las teorías económicas tradicionales. En particular, examiné cómo las técnicas de minería de datos aplicadas por las plataformas de redes sociales a sus usuarios ampliaban y redefinían la Teoría de las Preferencias Reveladas. Yuval Harari explora este tema en su libro Homo Deus (2016), mientras que Shoshana Zuboff ofrece una visión más amplia en La Era del Capitalismo de la Vigilancia (2019).

Más recientemente, la rápida expansión de las plataformas digitales, las redes sociales y la aparición de la Inteligencia Artificial han seguido transformando los sistemas productivos, reforzando la idea de que se está configurando un nuevo panorama económico.

La economía de redes y los mercados de plataformas (ya identificados en Argentina 4.0 en 2013) están adquiriendo una importancia central debido al auge de empresas como Amazon y Google.

Una nueva ola de estudios sobre la economía digital y la economía del comportamiento ha sido impulsada por el trabajo pionero de muchos, entre ellos Daniel Kahneman y Richard Thaler, quienes desafiaron los supuestos de la toma de decisiones racional e incorporaron los sesgos cognitivos y el comportamiento irracional en los modelos económicos.

Para determinar hasta qué punto podemos definir este nuevo panorama como Newconomics, debemos evaluar si el impacto de la tecnología en los sistemas productivos y en los patrones de consumo está impulsando un cambio teórico integral que se aleje de la economía tradicional.

Examinemos cómo estos cambios tecnológicos están transformando la teoría económica estándar en diferentes ámbitos.

Es fácil comprobar que las empresas tecnológicas enfrentan costos marginales cercanos a cero (en contraste con lo que predice la microeconomía estándar), además de efectos de red y rendimientos crecientes a escala (a diferencia de las industrias tradicionales). En la Teoría de la Producción y los Costos, este fenómeno está provocando un cambio teórico desde los rendimientos decrecientes hacia los rendimientos crecientes, y de una producción basada en el trabajo a una basada en el conocimiento y el capital.

En Economía Laboral, estamos presenciando un cambio desde la clásica sustitución entre trabajo y capital hacia una polarización del empleo impulsada por la IA, en contraste con los modelos laborales tradicionales basados en un equilibrio entre trabajo y capital. Esto incluye el auge de la economía gig y el trabajo freelance.

La Teoría de la Competencia y la Estructura de los Mercados también está experimentando un cambio, pasando de los modelos clásicos de competencia a los monopolios de la economía de plataformas. El poder de mercado está cambiando de una competencia basada en precios a un dominio basado en datos, lo que hace que las regulaciones antimonopolio tradicionales sean menos efectivas para garantizar la competencia.

En el ámbito de la Teoría Monetaria y las Finanzas, la aparición de las criptomonedas desafía las monedas fiduciarias controladas por los Estados, promoviendo una transición de sistemas monetarios centralizados a finanzas descentralizadas, y de mercados financieros basados en el comportamiento racional a mercados influenciados por la inteligencia artificial.

La Teoría del Comercio también enfrenta presiones para adaptarse, pasando de modelos de comercio físico a marcos de comercio digital. Además, las cadenas de suministro están evolucionando hacia mecanismos de transparencia basados en blockchain.

La Economía Pública y la Política Económica deben enfocarse en un cambio desde la fiscalidad tradicional hacia la fiscalidad digital y desde la regulación de los mercados físicos hacia la gobernanza de los mercados digitales, como se sugirió en Argentina 4.0.

En la Teoría del Crecimiento y la Innovación, estamos viendo una evolución desde un modelo de crecimiento impulsado por el capital físico hacia uno basado en el conocimiento. Además, la irrupción de la IA introduce una nueva paradoja de la productividad: aunque el progreso tecnológico se acelera, los aumentos de productividad a nivel macroeconómico siguen siendo inciertos.

Este resumen muestra cómo la definición de la economía ha ido evolucionando: de un estudio sobre la riqueza y la producción (teoría estándar) a un análisis más amplio de la toma de decisiones, las redes y las disrupciones tecnológicas.

Cada revolución tecnológica, desde la máquina de vapor hasta la inteligencia artificial, ha obligado a los economistas a redefinir los principios económicos y a desarrollar nuevos modelos para comprender el comportamiento humano, los mercados y la formulación de políticas.

Newconomics, sin embargo, va más allá de cualquier tecnología específica. Se caracteriza por la aparición de nuevos actores económicos (o por un nivel diferente de empoderamiento de los ya existentes) que operan bajo nuevas reglas, exigen nuevas instituciones y obligan a consumidores, gobiernos y empresas a replantear sus objetivos.

Hoy en día, la economía digital podría considerarse la Nueva Economía. Según el Foro Económico Mundial, la economía digital ha estado creciendo 2,5 veces más rápido que la economía física.

Sin embargo, a diferencia de la economía digital, que se centra en el impacto de tecnologías específicas en las actividades económicas, Newconomics explora cómo el auge de la inteligencia artificial, la automatización y la descentralización están alterando fundamentalmente las estructuras de poder económico, las instituciones y los marcos de toma de decisiones.

Precisamente por esta razón, es fundamental trazar una línea clara entre los cambios que una tecnología específica desencadena en los patrones económicos y las transformaciones más amplias en la teoría económica y la organización institucional, que aquí definimos como Newconomics.

La próxima evolución de la economía podría centrarse en modelos impulsados por la inteligencia artificial, economías de pos-escasez y crecimiento basado en la sostenibilidad.

Si Newconomics no ha llegado completamente, sin duda está moldeando el futuro. A medida que la automatización, la inteligencia artificial y la descentralización continúan acelerándose, la pregunta ya no es si Newconomics reemplazará los modelos económicos tradicionales, sino cómo y en qué medida.

 

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