El camino hacia un sistema de gobernanza global tiene hoy el empuje de una herramienta sustancial y definitiva que no existía tres décadas atrás: las nuevas tecnologías y las redes globales de información y comunicaciones.
Hoy, por primera vez, nos encontramos ante una oportunidad única para transformarnos en una sociedad diferente, en una sociedad global.
Según Brookings Institution, el espacio cibernético abarca ya a cuatro mil millones personas en todo el mundo. Se trata de un expansión sin precedentes: entre los años 2000 y 2015, la penetración de internet se multiplicó por siete, pasando del 6,5% al 43% de la población mundial.
Este frenesí digital es hoy por hoy virtualmente libre y parece imposible regular y controlar. El capitalismo es un sistema de flujos no de cosas, y los flujos no pueden ser facilmente regulados ni controlados en el mundo del siglo XXI.
La globalización sin duda encuentra obstáculos, pero los cambios tecnológicos que favorecen la interconectividad seguirán promoviendo, pese a todo, un mayor acercamiento entre personas, ciudades, regiones y países.
Parag Hannah acuñó el término “conectografía” para referirse al conjunto de tecnologías e infraestructura necesario para que la información y el intercambio comercial fluyan libremente entre naciones y ciudades altamente conectadas.
Así, dice, el factor determinante de la importancia de un país –la verdadera clave del éxito– será su conectividad, no su ubicación geográfica: “Hay muchos tipos de flujos en el sistema global conectado: recursos, bienes, capital, tecnología, personas, datos e ideas. Y hay muchos tipos de fricciones: fronteras, conflictos, sanciones, distancia y regulaciones. Los flujos más grandes pueden amplificar los riesgos. Los países sucumbirán a menos que estén abiertos a los flujos pero también necesitan establecer algunas fricciones. (…) Los conflictos futuros ya no tendrán que ver con crear nuevas fronteras sino con cómo controlar las conexiones.”
Interesantes reflexiones para considerar al trabajar sobre un futuro de cambios en una sociedad internacional cada vez más integrada.