En los últimos años, se ha generado un creciente consenso en torno a la idea de que los sistemas alimentarios no sostenibles deben transformarse para que sean sostenibles. Se han dedicado muchos esfuerzos a esa tarea, pero es necesario hacer más y con mayor rapidez para garantizar que se produzca una transformación significativa y pertinente de manera oportuna, como se discutió en un reciente webinar del World Agriculture Forum.
Los gobiernos, las organizaciones internacionales, el sector privado y otras actores interesados deben mejorar su cooperación, integrar mejor sus esfuerzos y actualizar constantemente sus enfoques para construir sistemas alimentarios sostenibles. También deben hacer contribuciones viables y visibles a los objetivos comunes, y deben hacerlo al mismo tiempo que afrontan presiones significativas sobre los presupuestos nacionales y las finanzas públicas.
Al mismo tiempo, los sistemas alimentarios se enfrentan a un número cada vez mayor de plagas y enfermedades de plantas y animales, incluidas las zoonosis, amenazas emergentes como la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y crisis climáticas, que requieren nuevas investigaciones, innovación y colaboración.
El sector privado ha sido clave para lograr la transformación de los sistemas alimentarios en todo el mundo. Ese papel solo puede crecer en el futuro. Los gobiernos y las organizaciones multilaterales deben desempeñar un rol catalizador para revisar y desarrollar mecanismos innovadores para asociaciar al sector privado.
Conocemos bien esos mecanismos y los hemos probado en el pasado. Necesitamos seguir actualizándolos y mejorándolos para obtener los mejores resultados posibles. Entre ellos tenemos herramientas destacadas, como las siguientes:
Todos estos mecanismos requieren un diálogo entre múltiples partes interesadas, que no puede desarrollarse adecuadamente sin la participación del sector privado.
Una agenda clara y centrada podría ser esencial para garantizar un diálogo eficaz y significativo.
Tal agenda podría situar a los sistemas alimentarios como puntos de entrada clave para capitalizar las interrelaciones y acelerar el progreso para garantizar una mejor producción, nutrición, salud, medio ambiente y medios de vida. Los pequeños agricultores deberían estar en el centro de la agenda.
La ampliación de la ciencia, la tecnología y la innovación también debería ser clave. Como se explica en muchos informes y documentos de investigación, su aprovechamiento es crucial para una transformación profunda de los sistemas alimentarios y agrícolas.
Igualmente importante sería capitalizar los datos, las fuentes de datos no tradicionales y la ciencia de datos, a fin de garantizar el desarrollo de plataformas capaces de integrar datos multisectoriales de diversas fuentes para el análisis y la previsión en tiempo real.
Un tema muy importante para la agenda de las asociaciones del sector privado debería ser la movilización de inversiones, más y mejores, como forma de ampliar la creación de capacidad de conocimientos técnicos y el desarrollo institucional necesarios para desarrollar infraestructura física y blanda. Estos últimos incluyen cuestiones que van desde el desarrollo de infraestructura hasta las instituciones y capacidades necesarias para cumplir con las normas y reglas y regulaciones sanitarias y fitosanitarias.
Al reunir los mecanismos en torno a una agenda para las alianzas con el sector privado, todavía necesitaremos desarrollar un marco de acción adecuado. Por lo general, esos marcos deben abordar tres fases diferentes: el diseño, la implementación y la fase final de ampliación de programas y experiencias exitosas.
Por lo general, necesitaríamos involucrar a líderes influyentes de los actores interesados (gobierno, sector privado, academia, etc.), alinear un conjunto de objetivos compartidos y estructurar los mecanismos de colaboración para completar la fase de diseño.
La fase de implementación nos llevaría a definir objetivos específicos e implementar planes de acción caso por caso, y avanzar hitos para impulsar el progreso.
Por último, escalamos e institucionalizamos modelos probados, adaptando lecciones e innovaciones y revisando las estructuras de asociación según sea necesario para abordar nuevos casos.
Estos marcos de acción garantizarían que las alianzas con el sector privado se sientan como propias por los grupos locales y estén alineadas con los objetivos del país, así como impulsadas por el mercado, con proyectos basados en modelos de negocio viables, que integren cadenas de valor completas capaces de beneficiar a todos los actores del sistema agrícola, no solo incluyendo a los pequeños agricultores, sino dándoles un rol clave cuando sea posible.
Es necesario hacer más y mejor. Y pronto.